David A. Bednar
del Cuórum de los Doce Apóstoles
David A. Bednar no solo ha testificado extensamente del poder habilitador de la expiación de Jesucristo, sino que lo ha personificado. Aquellos más cercanos a él notan las profundas evidencias de ese poder. Sus hijos dicen de él: “La fe [ha] erradicado el temor en mi padre”, “Es audaz, pero escucha”, y “Es un hombre sencillo que puede hacer cosas extraordinarias gracias a la fuerza del Señor”.1
Primeros años, servicio misional y familia
David Allan Bednar nació el 15 de junio de 1952 en Oakland, California, de buenos y comprensivos padres. Su madre era miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y el élder Bednar describe su fe como “inalterable”.2 Su padre no era miembro de la Iglesia, pero apoyó a su esposa e hijo en su fe acompañándolos a la Iglesia cada semana y animando a David en su deseo de servir una misión.
Luego de servir por dos años como misionero en Alemania, el élder Bednar volvió a casa en donde muchas cosas le esperaban. Tuvo el privilegio de bautizar, confirmar y ordenar a su padre. También retomó su educación en la Universidad de Brigham Young, donde conoció a Susan Kae Robinson. Se casaron en el Templo de Salt Lake en 1975.
Educación, carrera profesional y servicio en la Iglesia
Después de graduarse con una licenciatura en 1976 y una maestría en 1977, ambas de BYU, David A. Bednar obtuvo un doctorado de la Universidad de Purdue, que completó en 1980. Luego se unió al cuerpo docente de negocios en la Universidad de Arkansas en Fayetteville. Desde entonces, enseñó en la Universidad de Texas Tech y luego regresó a la Universidad de Arkansas como decano asociado de estudios de posgrado en el Colegio de Negocios Sam M. Walton. También fue director del Laboratorio de Toma de Decisiones Gerenciales. En 1997, el élder Bednar se convirtió en el presidente de Ricks College, el colegio universitario más grande de los Estados Unidos en ese momento. Su liderazgo supervisó la transición de la escuela para convertirse en una universidad con carreras de cuatro años, ahora conocida como la Universidad Brigham Young–Idaho (BYU-I).
David A. Bednar recibió el Premio Burlington Northern Foundation por excelencia en la enseñanza y fue honrado dos veces con el Premio Outstanding Teacher (profesor destacado) en la Facultad de Administración de Negocios de la Universidad de Arkansas. El don del élder Bednar lo preparó para un salón de clases mucho más grande. En 2004, desde la oficina del presidente de BYU-I, fue llamado a ser miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, siendo el más joven en unirse al cuórum en los últimos 20 años. Antes de eso, su servicio en la Iglesia incluyó servir como obispo, dos veces presidente de estaca, representante regional y Setenta de Área.
El élder Bednar tiene un talento para explicar conceptos complejos del evangelio en términos claros, poderosos y familiares. Una vez, siendo obispo, aceptó la invitación de enseñar una lección sobre las escrituras en la Primaria. Usando unos suspensores (tirantes) rojos, preguntó a los niños cómo se relacionaban sus suspensores con las escrituras. Un niño perspicaz levantó la mano y dijo: “¡Las Escrituras sostienen nuestra fe, al igual que tus tirantes sostienen tus pantalones!».3 La lección fue simple pero memorable. Tiempo después, en un discurso durante una conferencia general, élder Bednar explicó que la revelación personal a veces es como una luz que inunda la habitación con el accionar de un interruptor, y otras veces es como el gradual y casi imperceptible, pero inmensa luz del amanecer. Este discurso se convirtió en una fuente clave para los Santos de los Últimos Días que buscan entender la revelación.4
El valiente testimonio del élder David A. Bednar y su capacidad para ilustrar convincentemente los principios del evangelio muestran su fe incondicional en el poder habilitador de la Expiación de Jesucristo. Habiendo previamente escrito letras para canciones sobre la fe, recientemente escribió la pieza “Uno por uno” para compartir su testimonio del Salvador. Interpretada en un concierto especial en el Salón de Asambleas de la Manzana del Templo, la canción declara la profunda creencia del élder Bednar de que “uno por uno, uno por uno, la fuerza de Su gracia nos da poder para llegar a ser”.5
[1] Elder Henry B. Eyring, “Elder David A. Bednar: Going Forward in the Strength of the Lord,” Ensign, March 2005
[2] Eyring 2005
[3] Eyring 2005
[4] Elder David A. Bednar, “The Spirit of Revelation,” Ensign, May 2011
[5] David A. Bednar, “One By One,” New Era, July 2016, 38-40.